
El aprendizaje organizacional sirve a la estrategia en la medida en que el individuo organizacional es capaz de desarrollar su potencial a favor de los intereses organizacionales, en una relación donde las dos partes ganan.
Primero deberíamos distinguir entre educación y aprendizaje. Entendemos por educación la actividad iniciada por uno o más agentes con el fin de producir cambios en el conocimiento, las habilidades y actitudes de individuos grupos o comunidades. En este caso la atención se focaliza en el educador o agente de cambio. El aprendizaje destaca a la persona en la que ocurre el cambio. Es el acto o proceso por el que se adquiere un cambio de conducta, conocimiento, habilidades o actitudes.
Existen al menos dos razones por las cuales una organización tiene que estar abierta al aprendizaje. La primera es la SUPERVIVENCIA. Según la ecuación de Reginal Revans, A>=CE, el aprendizaje de una organización debe ser mayor o igual al cambio del entorno para garantizar su supervivencia. La segunda razón es la EXCELENCIA. Existen razones de sobra para pensar que no es suficiente sobrevivir en tiempos de máxima competitividad y globalización. Las visiones deben apuntar a la excelencia, pues de otro modo la organización no podrá competir.
Los autores Argirys y Schön (1996) identifican 2 formas mediante las cuales una organización puede aprender:
1. Bucle simple (adaptativo): la organización obtiene la información del entorno y la utiliza para tomar decisiones adaptativas a éste. De este modo la organización no alcanza ventajas competitivas, pues los cambios en el entorno son iguales para todas las organizaciones.
2. Bucle doble (generativo): implica un cuestionamiento y desafío permanente de asuntos estratégicos, estructurales y culturales, de tal forma que la organización alcance procesos de aprendizaje y genere conocimiento capaz de construir ventajas competitivas más allá de la adaptación, en un estado de "aprender a emprender".
3. Metaprendizaje: los autores identifican un tercer nivel de aprendizaje que identifican con la capacidad de "aprender a aprender" o metaprendizaje. Este nivel requiere una mirada interior mediante la que la organización pueda cuestionarse sus propios procesos de aprendizaje. Es preciso que se identifiquen los procesos y las estructuras (factores facilitadores) que promuevan el aprendizaje. Una organización que aprende a aprender, es capaz de aumentar su potencial de aprendizaje continuamente.
Ya lo dijo Arie de Geus a finales de los 90 en la revista Fortune: "La capacidad de aprender con mayor rapidez que los competidores quizá sea la única ventaja competitiva sostenible".