lunes, 30 de julio de 2007

Complementariedad entre la acción y la reflexión por Amalia Belenguer

El desempeño óptimo de cualquier profesión debe combinar la acción con la reflexión. Debemos trabajar para desarrollar ambas facetas de responsabilidad, buscando la complementariedad entre la acción y la reflexión.

Estamos habituados a argumentar que lo importante es la ACCIÓN; que de poco sirve planificar, prever, analizar, … si este esfuerzo no va acompañado de actuación.

La orientación al logro centra el comportamiento en la actividad, priorizando toda la dedicación en las tareas que nos permiten alcanzar rápidamente los resultados esperados y demandados en la empresa (ventas, unidades producidas, etc.).

Desde mi punto de vista el desempeño óptimo de cualquier profesión debe combinar la acción con la reflexión.

Si bien es cierto que en exceso “el análisis puede llevar a la parálisis”, enfocar toda la energía en la ejecución, obviando el ejercicio de razonar y pensar, dificulta la capacidad de los individuos de innovar y transformar la realidad.

Es por ello, que debemos trabajar para desarrollar ambas facetas de responsabilidad, buscando la complementariedad entre la acción y la reflexión.

El próximo periodo de descanso estival supone un buen momento para analizar que porcentaje de nuestro tiempo dedicamos a la reflexión en nuestro trabajo y cuanto a movernos en lo urgente, en aras de reincorporarnos de nuevo, con el compromiso de equiparar ambos aspectos en nuestra gestión laboral.

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