martes, 18 de marzo de 2008

Experiencia emocional por Amalia Belenguer

Durante el pasado fin de semana he disfrutado de una inolvidable experiencia de “out door” con los compañeros del curso de “Gestión por competencias” que, desde mediados del mes de noviembre estoy realizando.
Sigue sorprendiéndome, pese a haberlo comprobado en distintas ocasiones, como el hecho de convivir, compartiendo experiencias en un contexto distinto al habitual y recreados en la naturaleza, genera unos vínculos emocionales entre las personas difícilmente alcanzables a través de otras prácticas.

En esta ocasión, además del agradable entorno en el que nos encontrábamos (Hoces del Cabriel), la puesta en escena a través de los personajes de un cuento, hizo posible que emergiera de forma natural “el niño” que cada uno de nosotros lleva dentro de sí, y que nuestro día a día y los roles que habitualmente desempeñamos (adulto, profesional, madre), esconde y provoca que viva dormido, olvidándonos de soñar.

El juego y la interacción que se produce permite que nos consideremos los verdaderos protagonistas de la historia, recordándonos que estamos vivos y las múltiples posibilidades de disfrutar de la vida a través de diferentes experiencias repletas de emociones.

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